Al incorporar nuevas características y funciones, el teléfono celular se ha convertido en una computadora de mano. Los estudiantes lo usan constantemente como herramienta de comunicación, pero también como organizadores personales y para bajar información de internet. La escuela, que se ha ocupado de prohibirlo y controlarlo, hoy tiene como desafío encontrar usos educativos legítimos para la telefonía móvil.
Por: ALEJANDRO CASTRO SANTANDER
"El salto de internet a la telefonía móvil se irá incrementando. De hecho, para el 2015 habrá más usuarios de internet móvil (inalámbrico) que de computadoras personales fijas". (Manuel Castells, 2010). Primero fue la TV, luego la computadora y ahora el celular, convirtiéndose la telefonía móvil en la nueva pantalla portable. En 1991 había 16 millones de celulares, mientras que hoy la cifra llega a 5.500 millones, por lo cual esta tecnología es la que más rápidamente se ha desarrollado en la historia de la humanidad.
Su mayor crecimiento se encuentra en Sudamérica y Asia, donde más de la mitad de la población en las zonas rurales cuenta con teléfonos móviles. El 85% de la población mundial está conectada a través del celular y, en América latina, la penetración es de 80%, con países punta, como Argentina, que supera 115%. Entre las conclusiones del estudio Comunicación Inalámbrica, Economía y Sociedad (2011), dirigido por Manuel Castells, el sociólogo español destaca que esta forma de comunicación ayuda al desarrollo, particularmente en los países y regiones más pobres (El País, 29/09/2011).
Ahora bien, el rápido desarrollo tecnológico de la comunicación inalámbrica, unida a la potencialidad de sus recursos y la gran cantidad de usuarios que continúan incrementándose año tras año, lleva a interrogarnos: ¿puede ser realmente útil para los docentes el celular en la enseñanza?, ¿es posible que mejore a través de él el aprendizaje de los estudiantes?, ¿es sencillo controlar los riesgos que acompañan sus beneficios?, ¿serán capaces aquellos sistemas educativos emparentados al "teletrófono" del italiano Antonio Meucci (1860), hacer amistad e incluir en cada escuela esta tecnología?
SOCIEDAD DIGITAL. "Nuestros estudiantes son hoy todos nativos de la lengua digital de juegos por computadora, video e internet", afirma Marc Prensky en Nativos e inmigrantes digitales (2001). En la actualidad, cohabitan dos generaciones diferentes que comparten una misma tecnología informática y de la comunicación, pero la utilizan de manera distinta. Según Mark Prensky, los "nativos digitales" son todas aquellas personas nacidas desde mediados de los 90 en adelante. En consecuencia, a la categoría "inmigrantes digitales" pertenecen quienes nacieron antes de esa fecha.
Dentro de las características de los nacidos en un mundo digital, podemos destacar que: • reciben información en forma rápida y la comparten; • disfrutan los procesos y multitareas paralelos; • prefieren los gráficos antes que el texto; • defienden los accesos al azar (desde hipertextos); • funcionan mejor cuando trabajan en red; • prosperan con satisfacción inmediata y bajo recompensas frecuentes, eligiendo jugar en "serio" en vez de trabajar; • Son capaces de inventar los instrumentos que utilizan para resolver problemas. Por el otro lado, aquellos que se van "acomodando" al mundo digital, poseen las siguientes características: • guardan la información ("el conocimento es poder") • estructuras mentales moldeadas por los procesos paso a paso; • seguimiento de instrucciones como "antes de...", tendiendo a resolver un problema a la vez; • actuación basada en el análisis deductivo; • aprendizaje basado en el enlace con conocimientos preadquiridos: imprimir un documento digital para leerlo o corregirlo, o llamar a una persona para avisarle o confirmarle que se le ha enviado un SMS o un e-mail.
Para Prensky, los chicos de hoy no pueden aprender como los de ayer, porque son diferentes sus cerebros y su cultura, y en esta evidente distancia generacional y cognitiva nos preguntamos: ¿cómo un sistema educativo diseñado y ejecutado por "inmigrantes digitales", puede lograr que los "nativos digitales", que no aprenden como aprendieron ellos, aprendan? Quienes argumentan que los "nativos digitales" no aprenden porque no prestan atención y, además, optan por la rebeldía, reciben como respuesta que la enseñanza tradicional no logra motivarlos ni despierta su interés.
COMPLEJO DE PRENSKY. El mal uso de los conceptos "nativos e inmigrantes digitales" muestra al alumno superior al profesor, y a este último con sentimientos de culpa al tener que enfrentarse a las nuevas tecnologías. Decía Prensky en el 2001, en su revolucionario texto Nativos e inmigrantes digitales: "Si los educadores 'inmigrantes digitales' realmente desean alcanzar a los 'nativos digitales' –es decir, a todos sus estudiantes– tendrán que cambiar".
Pero, años después, en su texto El papel de la tecnología en la enseñanza y en el aula (2008), manifestó con más prudencia: "El papel del profesor no debería ser tecnológico, sino intelectual, para proporcionar a los estudiantes contexto, garantía de calidad y ayuda individualizada (por supuesto, los profesores que adoran la tecnología son libres de aprender y usarla)". Los estudiantes tienen claro que el conocimiento no sólo lo tiene el profesor, sino que también se encuentra en internet.
Los docentes saben que muchos de nuestros alumnos presentan dificultades para buscar información de calidad en internet, de gestionar de manera inteligente la gran información que existe o de ser prudentes en relación con la seguridad y la privacidad. Por esto es fundamental la presencia de un educador que pueda transmitirles una visión crítica frente a las tecnologías y la información que contienen, enseñarles que estas herramientas sirven no sólo para la comunicación y la recreación, sino también para producir contenidos.
La generación de adultos (padres y docentes) creamos y utilizamos las TIC, los niños y jóvenes, además, las disfrutan. Necesitamos provocar el "encuentro digital" entre las generaciones. En el 2009, Marc Prensky superó el concepto de "nativos digitales" con otro concepto más elaborado: "la sabiduría digital". Este concepto que aparece en Homo Sapiens digital (2009), plantea que la brecha digital crece por la falta de interés de algunos con respecto a la digitalización. Los procedimientos educativos deben cambiar para que los jóvenes se conviertan en verdaderos "sabios digitales".
Esta sabiduría es, para el autor, el entendimiento que deriva del uso de la tecnología, donde nuestra capacidad cognitiva puede verse enriquecida más allá de lo habitual, y, en segundo lugar, hace referencia a la necesidad de utilizar de forma prudente e inteligente la tecnología. La sabiduría digital, según Prensky, puede y tiene que ser aprendida y enseñada, y es este precisamente uno de los desafíos del sistema educativo y del profesional de la educación actual: desarrollar competencias digitales entre los niños y los jóvenes, para que luego estos utilicen la tecnología de manera crítica y constructiva.
¿OTRA ESCUELA? "Si hay una institución que puede ser transformada y provocar transformaciones es la educación. Lamentablemente, es la menos transformada y puede apreciarse un desfase creciente entre los niños y su entorno pedagógico", afirma Manuel Castells (2010). Estudiantes y educadores viven en un ámbito digital que no encuentran en la escuela, y como enfatiza Castells, el problema "no se reduce al equipamiento tecnológico, sino que implica la necesidad de un cambio cultural y organizativo".
El gran reto es transformar la información en conocimiento y, para esto, es necesaria la innovación escolar y nuevas competencias. Milton Chen, director hasta el 2010 de Edutopia, una organización sin fines de lucro creada para comunicar una nueva visión para las escuelas del siglo XXI, publicó el libro País de la educación: seis frentes importantes de la innovación en nuestras escuelas (2010), donde expresaba: "Imaginen un país de la Educación, una sociedad del aprendizaje, donde la educación de niños y adultos es la más alta prioridad nacional, a la misma altura que una economía fuerte, altas tasas de empleo y de seguridad nacional".
Como respuesta a este desafío, Chen presenta 6 frentes de innovación que se deben considerar al intentar redefinir las escuelas, la enseñanza y el aprendizaje: 1) El frente del pensamiento: evitar los enfrentamientos entre las distintas teorías pedagógicas, buscando tomar lo mejor de los diferentes enfoques. 2) El frente del currículo: redefinir lo que se enseña, cómo se enseña y cómo se evalúa, a favor del aprendizaje basado en proyectos, educadores creativos y contenidos relacionados con la vida cotidiana de los estudiantes. 3) El frente de la tecnología: internet, los celulares, la formación online, las plataformas, todo ello permite que los estudiantes aprendan más y más rápido, además de ayudar a los profesores a hacer el proceso de aprendizaje más visible para ellos mismos, sus estudiantes y sus padres. 4) El frente del tiempo y el espacio: el aprendizaje ahora puede darse las 24 horas del día, los siete días de la semana, durante todo el año. Esto abre la puerta a experiencias enriquecedoras también a los niños de los sectores más desfavorecidos, cuyas familias no pueden permitirse viajar o facilitarles otro tipo de actividades. 5) El frente de la coeducación: en vez del modelo tradicional del profesor en el aula con 30 alumnos, los profesores implican a un equipo de coeducadores, desde los padres hasta otros docentes y expertos en la comunidad educativa y online. 6) El frente de los jóvenes: la juventud de hoy es la primera generación en llevar dispositivos móviles adonde quiera que vayan. Aprenden de una manera totalmente diferente de lo que lo hicimos los que tenemos más de 40 años, y están enseñándonos cómo reorganizar el nuevo sistema educativo.
ROLES DEL DOCENTE EN UN ENTORNO DE APRENDIZAJE EN RED. Para contextualizar, diremos que las nuevas tecnologías han puesto en entredicho la metodología tradicional de aprendizaje: la clase magistral del profesor experto y el alumno que escucha y toma notas, para después estudiar el contenido y repetirlo en un examen. Frente a esta metodología, las nuevas formas de aprendizaje potenciadas por las redes sociales y las TIC, han reavivado el debate en torno a una metodología más constructivista, donde el alumno gana autonomía en el proceso de aprendizaje y el profesor se convierte en guía de este proceso.
George Siemens, en el artículo La enseñanza en las redes sociales y tecnológicas, desarrolla los roles que el profesor podría desempeñar en un entorno de aprendizaje de este tipo, en el que la clase construye conocimiento basándose en la transmisión de información y la suma de los conocimientos previos de cada uno de los individuos, que se convierten en "puntos de conexión" (nodos) de una "red de aprendizaje". Esto se entiende mucho mejor en la enseñanza a distancia, pero es también aplicable a un curso presencial, donde los estudiantes comparten conocimiento en un aula, pero también preparan un trabajo para el día siguiente fuera del horario establecido.
EL APRENDIZAJEMÓVIL: CONLAMOCHILAENEL BOLSILLO. Entre el 2002 y el 2006 comenzaron a aparecer numerosos estudios indicando que las tecnologías que soportan el Aprendizaje Móvil (m-learning) se están expandiendo y que comienzan a ser comunes en una gran variedad de entornos de aprendizaje. No se trata de sustituir la PC, sino de ayudar a complementar los recursos con herramientas instantáneas que ya permiten las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), que han venido a revolucionar la vida del ser humano.
El aprendizaje móvil es definido como la enseñanza por medio de dispositivos móviles, tales como PDAs, iPods, smartphones (teléfonos inteligentes) y teléfonos celulares. Se considera una evolución natural del e-learning o aprendizaje electrónico, diferenciándose de ese en que el uso de la tecnología móvil permite flexibilidad al aprendizaje, ya que los estudiantes pueden aprender en "cualquier momento y en cualquier lugar".
El Aprendizaje Móvil es un concepto nuevo en el ámbito pedagógico. El primer trabajo publicado que pone su atención en el aprendizaje móvil surge en el 2000, en la revista Computers & Education, donde Mike Sharples examinó el potencial de los nuevos diseños apoyados en tecnologías móviles que permitieran mejorar los programas de aprendizaje permanente y las oportunidades de educación continua.
Los 7 roles del profesor en ambientes educativos en red
1) Amplificar: cuando reenviamos una información que nos parece relevante a multitud de personas (a través del correo electrónico o de las redes sociales), estamos amplificándola, en una red que se extiende en progresión geométrica.
2) Intermediar: una de las tareas clave del profesor es intermediar entre el contenido y el estudiante para hacérselo accesible en un primer momento.
3) Señalizar y crear sentido socialmente: una de las preguntas más repetidas por los profesores: ¿cómo van a estudiar con lo que encuentran en internet? En internet todo son opiniones, retazos contradictorios, informaciones fragmentadas. Precisamente, una de las principales tareas del profesor actual de cara al futuro es enseñar a manejarse entre informaciones complementarias e, incluso, contradictorias, y elaborar la información dándole coherencia y sentido.
4) Agregar: Siemens plantea un futuro no muy lejano en que las nuevas herramientas de búsqueda de información se hagan verdaderamente "semánticas", permitiendo construir el cuerpo de los cursos a medida que se avanza, y no previamente.
5) Filtrar: se trata de "reforzar el papel de experto del profesor" (como en el modelo de la escuela tradicional), llevando a cabo el filtrado de manera explícita (por ejemplo, buscando lecturas en torno al tema tratado) o implícita (proponiendo síntesis o índices de contenidos en torno a un tema).
6) Modelar: se trata de "convertirse en carpintero, fontanero o físico", y "lo que no puede comunicarse y entenderse a través de las lecturas o las actividades puede ser suplido por el modelaje del profesor".
7) Presencia continua: el docente tiene que estar presente online con una identidad virtual definida: un blog, un perfil en una red social, o una combinación de todo ello, a través de la cual "resumir discusiones, aportar perspectivas críticas y proponer nuevas fuentes de información". De este modo podrá conectar con otros (no sólo con sus alumnos), y seguir ampliando conocimientos.